De los restos que se encontraron dispersos, estaba un disco duro que se ha logrado restaurar, logrando recuperar el 99% de la información que contenía.
El disco en cuestión, un Seagate de 400 MB, contenía en su interior los resultados de un experimento que consistía en comprobar el comportamiento del gas xenón en la ingravidez, y cuyos resultados se han publicado en una revista científica. Más info en este ENLACE.

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